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martes, 7 de septiembre de 2010

El barranquero Emilio

Érase una vez un hermoso pajarito, el viajo a la selva a buscar a su mamá, porque se habían perdido hace algún tiempo en la espesa selva del amazonas, era un día muy hermoso soleado, lleno de luz y de música natural en el amazonas, Emilio había migrado y en medio de su migración paró en un árbol a descansar  y se encontró con unos micos ladrones que lo querían secuestrar. Al Emilio verse atormentado por los micos voló sin más, perdido de nuevo se puso a llorar, pasó doña Pava que lo quería ayudar pero su llanto era interminable e inconsolable.
En ese momento pasaba un elefante con un lindo atuendo, era un policía y al ver a Emilio llorando y a doña pava tratando de calmarlo, el policía pensó que doña Pava trataba de abusar de él. El elefante preocupado decidió tomar cartas en el asunto y empezó  a legalizar la captura de doña Pava, en medio de la selva se escuchó  un estruendo,  fueron a  ver que lo que  pasaba,  se enteraron que se trataba del Club de las gatas vagabundas iniciando una fiesta con su alegría vagabundez Marymud contagio a Emilio.
 Emilio y la gata
Después de un rato de fiesta se sentía mucho mejor  en medio del striptease de las gatas, sin embargo su tristeza aún seguía y para colmo de males Emilio se encontró con un pingüino sacerdote, se llamaba Amaro, este malvado sacerdote en un acto malicioso lo sedujo hasta el cuarto e intentó violarlo, pero el pajarito en su astucia voló como nunca y llegó al Putumayo, allí encontró a unos hombres armados y les avisó donde estaba el pervertido sacerdote.
Luego de toda esta travesía, Emilio volvió triste a su casa, el lloraba, lloraba y lloraba porque no pudo encontrar a su mamá, pero oh sorpresa! Su mamá estaba en casa ya que ella también lo estaba buscando desde hace mucho tiempo, ella le organizó una fiesta e invito a la superestrella del jazz “la perra Jacinta”. Cantaron y bailaron toda la noche, pero una bomba explotó y mató a muchos asistentes. Emilio, su madre y Jacinta, la perra jazzista sobrevivieron al ataque, pero lo más triste era que se habían quedado sin casa, Jacinta era de una muy buena energía,  les regalo una mansión donde vivieron felices para siempre. FIN

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